Preparándote para el embarazo

⚠️ El ácido fólico ayuda a prevenir los defectos del tubo neural, como espina bífida y anencefalia.

Una vez decidida a iniciar la búsqueda del embarazo, es muy importante planificar
y realizar cambios en tu estilo de vida
que mejoren tu salud y la de tu bebé. El acudir a un médico te ayudará a identificar factores ambientales, problemas crónicos o de carácter hereditario que pueden ser perjudiciales para ambos. Esto reducirá la posibilidad de que algún padecimiento entorpezca el proceso de gestación.

De ser una ilusión ahora es una realidad: están listos para tener un bebé. Y para tener un embarazo saludable hay que empezar con ciertos cambios.

Adiós anticonceptivos: hay que suspender el método anticonceptivo que han usado hasta ahora para permitir que el ciclo menstrual se regularice. Las parejas menores de 35 años que no han logrado concebir en 12 meses o aquellas mayores de 35 años de edad con más de 6 meses de búsqueda, deben acercarse a un especialista para una evaluación completa de la fertilidad.

No más cigarro, vapeador, ni alcohol:

es perfectamente sabido que el tabaco y el alcohol están prohibidos durante el embarazo ya que están ligados a complicaciones durante el parto, bebés prematuros o con bajo peso al nacer. No

es necesario mencionar que tampoco debe consumirse ningún tipo de droga.

Mejor alimentación: desde esta etapa hay
que poner énfasis en la nutrición y es necesario consumir diariamente una porción suficiente de grasas, fibras, proteínas, minerales, carbohidratos y vitaminas. Debes tomar en cuenta tu peso, pues si tienes kilos de más aumenta el riesgo de que se presenten complicaciones.

Hacer ejercicio: tener una buena condición física ayudará en todos los sentidos a sobrellevar los cambios en tu cuerpo. Mejorarás tu circulación y prepararás tus músculos para el alumbramiento.

Tomar ácido fólico: esta vitamina ayuda a prevenir los defectos del tubo neural, como espina bífida y anencefalia (ausencia parcial o total del cerebro y cráneo), que se desarrollan en las primeras semanas de embarazo, antes de que puedan detectarlo.

Consulta con el médico: puede ser tu ginecólogo actual o busca que te recomienden un buen obstetra, quien te realizará un examen físico y pruebas de sangre para descartar la presencia de enfermedades, pues algunas afectan la capacidad para concebir o incluso son perjudiciales para el bebé. Las pruebas más comunes son:

• Análisis de sangre: es necesario para comprobar que todos los niveles estén dentro del rango normal y descartar la presencia de anemia u otras enfermedades.

• Citología vaginal: diagnostica lesiones malignas e infecciones vaginales.

• Cuadro hemático: detecta anemia o infecciones. • Examen de reagina plasmática rápida: descubre

anticuerpos relacionados con la sífilis.
• Frotis vaginal: identifica la presencia de bacterias. • Hemoclasificación Factor Rh: determina el factor

Rh para evitar complicaciones si el de mamá es

negativo y el del bebé positivo.
• Orina: descarta infecciones en las vías urinarias.

• Prueba de coagulación: evalúa el proceso de coagulación de la sangre.

• Prueba de creatinina: comprueba el funcionamiento del riñón.

• Prueba de glucemia: detecta los niveles de azúcar en la sangre.

• Prueba de VIH/SIDA: detecta la presencia del virus.

El doctor debe asegurarse de que cuentes con las vacunas contra varicela y hepatitis A y B; además, es importante tener los refuerzos de la triple viral, (sarampión, paperas y rubéola) y DPT (difteria, tos ferina y tétanos). Tu doctor también te preguntará acerca de tu historial médico familiar; “genética no es destino”, pero siempre es mejor tener información, así que pregunten a sus familiares qué enfermedades existen en su árbol genealógico. Si hay en tu familia o en la de tu pareja alguna enfermedad causada por anomalías cromosómicas, lo mejor será que acudan con un especialista en genética para que les realicen pruebas.

Con respecto a la salud de la futura mamá, debes informar a tu médico si padeces epilepsia, diabetes, presión alta, depresión, anemia, alergias o alguna otra enfermedad física y mental. También es importante mencionar si tomas algún medicamento para

dicha condición, pues el médico hará los ajustes o sustituciones requeridos para que las sustancias no interfieran con la gestación.

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