Se le llama preeclampsia a la elevación de la presión arterial durante el embarazo y es la complicación más frecuente porque afecta a una de cada 6 embarazadas en el mundo, generando un riesgo tanto en la madre como en el bebé.
En las pacientes embarazadas tenemos una clasificación para la presión arterial alta, como la hipertensión crónica, la hipertensión gestacional, o la preeclampsia con y sin criterios de severidad. Cuando se presentan convulsiones, esta enfermedad es conocida como “eclampsia”.
La preeclampsia se puede agravar y dar lugar a complicaciones que varían desde trastornos en el crecimiento del bebé, hasta muerte fetal. En la madre puede originar fallas de la coagulación, daño hepático, daño renal, hemorragia cerebral, y muerte cerebral o materna.
Es sumamente importante que desde la primera consulta con tu ginecólogo intencionadamente se busquen los factores de riesgo, para estrechar la vigilancia y llegar a un diagnóstico oportuno.
Algunos factores de riesgo son: preeclampsia en embarazo anterior, antecedentes familiares de preeclampsia, obesidad de la madre, edad mayor a 40 años, embarazo múltiple (embarazo gemelar, trillizos) diabetes materna o gestacional, lupus eritematoso, enfermedad renal, o madre hipertensa.
¿CÓMO PODEMOS PREDECIR LA PREECLAMPSIA?
Primero, evaluando los factores de riesgo que mencionamos anteriormente. Además, existen estudios de laboratorio en sangre conocidos como marcadores plasmáticos angiogénicos. Sin embargo, estos estudios tienen aún un uso limitado ya que se realizan en pocos laboratorios. Los exámenes comunes de sangre y orina trimestrales orientan un poco al evaluar la función renal de la mamá.
También utilizamos un tipo de ultrasonido especializado en medicina fetal para la predicción de esta enfermedad que se conoce como “doppler”, mismo que se realiza midiendo valores a las arterias uterinas de la mamá (las cuales se encargan de otorgar la circulación para el aporte de oxígeno al útero). Este estudio es recomendable hacerlo por primera vez entre la semana 11 y 14 del embarazo, y al asociarlo con los factores de riesgo maternos, podemos llegar a una detección temprana en un 90% de los casos. Conforme el embarazo avanza —después de la semana 20 y dependiendo de cada caso— este ultrasonido doppler se puede tomar para medir la circulación específica del cordón umbilical y arterias fetales, cuyo resultado nos ayudará a tomar las medidas necesarias para un tratamiento oportuno o evitar complicaciones y secuelas.


Autor Especialista |
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DR. ROBERTO CARLOS MANRÍQUEZ ANGULO |
GINECÓLOGO OBSTETRA |
· Especialista en cáncer de mama, colposcopía · Universidad Autónoma de Baja California · Universidad Nacional Autónoma de México |
HOSPITAL DE GINECOBSTETRICIA IMSS NO.4 HOSPITAL SAN ÁNGEL INN CHAPULTEPEC TORRE MÉDICA CONSULTORIO 509 |
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