Que tu bebé se chupe el dedito, se trata de un reflejo de succión y es algo completamente natural, pues el bebé trata de imitar la acción que ejerce sobre el seno materno durante la lactancia, de hecho se puede apreciar desde que está en el útero.
Esta actividad suele iniciar en el primer año de vida y terminar alrededor de los 18 y 21 meses, aunque en algunos casos se aplaza.
Dependiendo de la frecuencia, la duración de cada episodio, la intensidad y cuánto se prolongue con relaciona la edad (más allá de los 5 años) puede traerle problemas psicológicos como angustia, inseguridad, miedo o falta de adaptación al medio en el que se desenvuelve.
En cuanto a problemas físicos, los dientes y el paladar suelen ser los más afectados.
Algunos problemas a consecuencia de que se chupe el dedo:
Crecimiento del maxilar: Se desarrolla menos porque el dedo ocupa el lugar de la lengua.
Mordida abierta: Sólo lo hace con los molares.
Si el hábito termina entre los 5 y 6 años de edad, justo cuando empiece a mudar, las consecuencias suelen ser mínimas, o incluso nulas.
Existen tratamientos con aparatos dentales especiales para corregir que tu hijo se chupe el dedo. No son recomendables los remedios caseros, como ponerle sustancias en el dedo para le dé asco, es mejor si lo distraes con juegos y juguetes para que se entretenga y tenga las manos ocupadas.
Artículo publicado originalmente en: ¡Ya soy papá!, Editorial Leto (2012).